En 1870 Suecia estaba a la vanguardia de los descubrimientos meteorológicos a nivel mundial.

Jürgen Svensson, director del Servicio Meteorológico sueco con sede en Upssala era demandado cada vez más para conocer sus previsiones meteorológicas.

Los armadores necesitaban saber la evolución del tiempo para el traslado de sus mercancías. A Svensson no le gustaba mucho hacer previsiones. Era más un investigador y un apasionado de los fenómenos meteorológicos. Pero los pronósticos le reportaban dinero que invertía en nuevos estudios e investigaciones. En 1879 tenía 73 años y era una eminencia a nivel mundial. Corría el mes de marzo y el invierno había sido especialmente duro. El viernes 16 y pese a una clara mejoría en el tiempo comunicó la posibilidad de fuertes tormentas para la semana siguiente. El sindicato pesquero anula la campaña de arrastre. Turistas y viajeros se quedan en tierra. Pero llega el lunes 19 y el tiempo es casi primaveral. Los diarios del martes 20 se burlan del científico y de sus previsiones. Los armadores sufren notables pérdidas. Viernes 23 de marzo emite un nuevo parte meteorológico: presionado por la opinión pública anuncia la continuación del tiempo estable, aunque en su interior tiene muchas dudas sobre la fiabilidad de esta previsión. Decenas de arrastreros se hacen a la mar. Dos días después se abate una terrible tormenta que viene del norte, seguida de otra aún más violenta. Hay 1.800 muertos. Jürgen Svensson se dispara un tiro que le entra por la boca y le sale por la oreja. Tres días después muere.

Alfred Rodríguez Picó

Cuadro: Vista de Upssala según Johan Gustaf Härstedt (1756-1820)